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El primer finde de Marzo nos fuimos, quatro miembros del coro y yo, a Córdoba. Como ciudad, es preciosa, y como gente, majísima. Encima de eso, las chicas, divinas. Hasta las feas son guapas. Bueno, en cuanto a la comida ni lo cuento...se come bien y demasiado hasta que te revientas. Te lo juro. La Mezquita, impresionante como siempre. La judería y los alrededores, un laberinto pintoresco. El sentimiento que te sientes que estás reviviendo siglos y siglos de historia, no tiene precio. En fin, fuimos a cantar el Requiem de Gabriel Fauré (debe ser listening obligatorio para todos) y fue como si estuviera cantando con un coro de ángeles. En realidad, habíamos juntado fuerzas con dos coros de Córdoba y la orquesta de allí en una iglesía al norte. Por primera vez, aunque no deberia hacerlo, tomé undescancito de unos segundos durante el concierto para escucharles a los demás y era, como he dicho, voces angélicas.
Al regresar, trabajé mucho. Murió Chávez. Hubo nuevo Papa. Argentino además y todos los medios del mundo se pusieron locos. Pero se notó un timbre de sarcasmo en las voces de los españoles. Tiene que ver con el complejo de inferioridad que tienen hacian los Argentinos. Claro, ¿a quién no? Tienen Mate, Maradona, Tango, y Borges.
Hubieron más manifestaciones y huelgas. ¡Huelgas universitarias primero y luego huelga de Metro. ¡Madre mía! ¿Que ocurrería si esto occuriera en mi pais?
Salí varias veces con mis amigos, claro. Es necesario después de enfrentar mucho chaval y chavala de instituto. Lo que destaca es un restaurante griego en Huertas y pasadas noches en Il Morto Qui Parla en Lavapiés. Y, por su puesto, una noche estupenda en el bar James Joyce para el Día de San Patricio.
Pronto llegó Semana Santa y me fui pa Barcelona. ¡Pero que ciudad tan preciosa! Me quedé enamorado de los edificios de Gaudía: La Casa Millá, La Casa Batlló (el Passeig de Gràcia es como la Gran Vía pero menos claustrofóbico y más verdoso), y sobre todo La Sagrada Familia. La fachada principal parcecía pierda combada. En fin, un edificio ecéntrico y misterioso a la vez. El hecho de que tengan animales por toda la superficie me encanta. Un himno a la naturaleza. Desafortunadamente no pude entrar asi que me toca volver cuando venga mi hermano.
El segundo o tercer dia que estuve, alquilé una bicicleta y hice un recorrido de la ciudad. Es la mejor forma de descubrir una ciudad te lo digo. Y en Barcelona se mueve súper bien en bici. Subí desde el Barrio Gótico donde me quedaba en un alberque (¿cómo es posible que el Barrio Gótico pueda ser tan precioso y sucio a la misma vez) hasta el Parc Güell. La entrada al parque es estupendo. Subes y las vistas de la ciudad y la costa es magnífica. Pero luego el parque te parece sobrevalorado. Yo esperaba mas escultura con azulejos.
En fin, había tanta gente, pero tanta gente que habría sido imposible que no te encontrases con algún conocido. Efectivamente es lo que pasó. Me encontré con un amigo de una amiga y nos fuimos al barrio Born donde los pijos de Barcelona van a hacer farra. Fuimos a un lugar de crepes y cócteles. A la persona que le surgió esa idea es un genio. Pero, en fin, como de día había gente "coming out of the wood work", de noche habían tres o cuarto gatos. La vida noctura allí no tiene nada que ver con la vida nocturna de Madrid. Lo siento.
Luego mi amigo me mandó un mensaje pidiéndome un favor que me fuera a La Central Del raval para encontrar un libro desconocido que solo se encontraba en esa librería de todas las librerías de españa. Entonces acepté la misión. Subí por Las Ramblas y giré a la izquierda en calle Bon Success. Era una callejuela prácticamente que zigzagueaba por una zona del Barrio Gótico que no había conocido. Estaba salpicada por tiendas hipster y cafés bohemios. Cuando entré a la librería su carácter de laberinto me ahogó. Pero pronto lo superé y me fui explorando el lugar hasta que encontré la sección de cómics y me quedé allí no sé cuanto tiempo. En fin, me acordé de la razón por la cual había venido y me fui a la seccón de literatura Hispanoamericana. No estaba. Le pregunté al tio detrás de las mesa. Se fue y en diez minutos volvió. Misión completada o como se diga.
Me fui el día siguiente con prisas añorando los batidos y fruta fresca de la Boquería. En un parpado de ojo estaba en el tren con rumbo a Madrid. Intenté dormír pero era imposible. El rio Ebro me distraía a veces. Era hermoso, mucho mas un rio que el Tajo que es feo. Leí un poco del Great Gatsby y por fin pude cerrar ojo. En nada estaba de vuelto a Madrid.
Hasta luego.
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El segundo o tercer dia que estuve, alquilé una bicicleta y hice un recorrido de la ciudad. Es la mejor forma de descubrir una ciudad te lo digo. Y en Barcelona se mueve súper bien en bici. Subí desde el Barrio Gótico donde me quedaba en un alberque (¿cómo es posible que el Barrio Gótico pueda ser tan precioso y sucio a la misma vez) hasta el Parc Güell. La entrada al parque es estupendo. Subes y las vistas de la ciudad y la costa es magnífica. Pero luego el parque te parece sobrevalorado. Yo esperaba mas escultura con azulejos.
En fin, había tanta gente, pero tanta gente que habría sido imposible que no te encontrases con algún conocido. Efectivamente es lo que pasó. Me encontré con un amigo de una amiga y nos fuimos al barrio Born donde los pijos de Barcelona van a hacer farra. Fuimos a un lugar de crepes y cócteles. A la persona que le surgió esa idea es un genio. Pero, en fin, como de día había gente "coming out of the wood work", de noche habían tres o cuarto gatos. La vida noctura allí no tiene nada que ver con la vida nocturna de Madrid. Lo siento.
Luego mi amigo me mandó un mensaje pidiéndome un favor que me fuera a La Central Del raval para encontrar un libro desconocido que solo se encontraba en esa librería de todas las librerías de españa. Entonces acepté la misión. Subí por Las Ramblas y giré a la izquierda en calle Bon Success. Era una callejuela prácticamente que zigzagueaba por una zona del Barrio Gótico que no había conocido. Estaba salpicada por tiendas hipster y cafés bohemios. Cuando entré a la librería su carácter de laberinto me ahogó. Pero pronto lo superé y me fui explorando el lugar hasta que encontré la sección de cómics y me quedé allí no sé cuanto tiempo. En fin, me acordé de la razón por la cual había venido y me fui a la seccón de literatura Hispanoamericana. No estaba. Le pregunté al tio detrás de las mesa. Se fue y en diez minutos volvió. Misión completada o como se diga.
Me fui el día siguiente con prisas añorando los batidos y fruta fresca de la Boquería. En un parpado de ojo estaba en el tren con rumbo a Madrid. Intenté dormír pero era imposible. El rio Ebro me distraía a veces. Era hermoso, mucho mas un rio que el Tajo que es feo. Leí un poco del Great Gatsby y por fin pude cerrar ojo. En nada estaba de vuelto a Madrid.
Hasta luego.
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